HAGA QUE EL MOVIMIENTO SEA PARTE DE SU RUTINA DIARIA

El ejercicio es algo que todo el mundo necesita. Según el Colegio Americano de Medicina Deportiva (American College of Sports Medicine o ACSM en ingles), la mayoría de los adultos deben hacer alrededor de 150 minutos de ejercicio de intensidad moderada por semana para una salud y bienestar óptimos. El ACSM también sugiere que puede optar por aumentar la intensidad del ejercicio en lugar de hacer 20 minutos de actividad vigorosa 3 veces a la semana para obtener beneficios comparables.

Tenga en cuenta que hacer ejercicio no significa que deba dedicarse a un gimnasio o un estudio elegante, ¡no piense demasiado en el ejercicio! A continuación, encontrará algunas formas de incorporar la actividad física a su vida diaria normal sin agregar caos a su apretada agenda o presionar su billetera.

  

Convierta los momentos cotidianos en movimientos cotidianos.

A lo largo del día tenemos nuestras rutinas habituales en las que estamos en piloto automático. ¡Convierta esas rutinas diarias en hábitos de movimiento muscular! Haga elevaciones de pantorrillas mientras te cepillas los dientes. Haga zancadas o lagartijas mientras esperas en el microondas. Camine mientras habla por teléfono. Estírese mientras mira sus programas favoritos de Netflix o durante los comerciales mientras mira el juego. Haga sentadillas en la pared cuando se despierte. Estírese durante 5 minutos antes de acostarse. Ser consciente de su rutina normal le permite incorporar más movimiento en sus "momentos de piloto automático".  

Elija la ruta más larga.

Estacionarse más lejos de lo normal aumentará la cantidad de pasos hacia adentro y hacia afuera, lo que a su vez aumentará la cantidad de movimiento que realiza durante el día. Si usa el transporte público, bájese temprano y camine el resto del camino. Use las escaleras en lugar del ascensor, incluso si eso significa que solo debe tomar un tramo de escaleras y tomar el ascensor en el segundo piso. Cuando tome pasarelas móviles o escaleras mecánicas, no se quede ahí parado, ¡muévase!

  

Modifique su tiempo de inactividad.

Ya sea que esté en una llamada telefónica o en una junta virtual, salir a caminar durante la conversación puede ayudarse a mantenerse activo donde de otra manera sería sedentario. Si no puede levantarse y moverse durante esos momentos, intente cambiar la silla de su escritorio por una pelota de ejercicios. Si lo hace, lo obligará a activar los músculos centrales, de la postura y de la estabilidad en todo el cuerpo. ¿Tiene un millón de correos electrónicos para responder? Mantenga una banda de ejercicios en su bolso o en su escritorio y haga ejercicios sentado mientras lee y hace parte de su trabajo sedentario necesario. 

¡Dale a su cerebro un impulso natural!

Varios estudios han demostrado que el ejercicio, incluso tan solo 30 segundos de movimiento vigoroso, puede causar aumentos similares en la función cerebral como un tragito de cafeína. Establezca una rutina de movimientos simple de 5 a 10 minutos para que la haga todos los días cuando se sienta lento. Ya sea cuando se levanta de la cama por primera vez, durante la niebla de media mañana, o cuando llega el bajón de las 2 p.m. encuentre una sala de conferencias, una sala de descanso, o un patio vacío para hacer saltos, lagartijas, zancadas, sentadillas, etc. ¡Cualquier cosa para que su corazón lata y la sangre fluya!

Hacer del movimiento un hábito diario no tiene por qué ser agotador. El ejercicio no debería ser un castigo. El ejercicio debe ser una celebración de lo que su cuerpo puede hacer. Para de poner excusas. Deja de pensar demasiado. ¡Levántase, sal, y muévese!

 

Cada nuevo día viene con nuevas oportunidades.